miércoles, 10 de marzo de 2010

El jinete sin cabeza


En la calle Liliova, en el barrio de Ciudad Vieja, aparece cada medianoche un jinete sin cabeza, montado sobre un enorme caballo blanco. Lleva un manto blanco con cruz roja, símbolo de los templarios del convento de Santa Ana. La leyenda dice que le cortaron la cabeza y antes de morir renunció a la religión cristiana. Por ello fue maldecido a no abandonar este mundo, y se pasea con su caballo sujetando la cabeza en una mano. Sólo un joven valiente que se atreva a sujetar al caballo, quitarle la espada al caballero y atravesarle con ella el corazón lo liberará del maleficio.


En la próxima leyenda conoceremos la historia de los tres salvajes. Hasta entonces!

viernes, 19 de febrero de 2010

La casa de las tres rosas blancas


Junto a la plaza de la Ciudad Vieja se sitúa una de menor tamaño conocida como la Plaza Pequeña, donde se ubica la fuente gótica. En esta placita encontramos un edificio conocido como "las tres rosas blancas". Se trata de U Rotta, la ferretería que allí existió anteriormente. La fachada se distingue por las pinturas de Mikolas Ales, y hoy en día se ubica el popular Hard Rock Cafe de Praga. En estas pinturas de la fachada, en la parte más superior, se pueden ver tres rosas blancas en recuerdo a la leyenda que da su nombre al edificio.


Se cuenta que en esta casa vivían en tiempos remotos tres jóvenes hermanas muy bellas, como tres rosas blancas, cuyos padres fallecieron y les dejaron en herencia una fortuna muy considerable. Pero esta riqueza volvió estúpidas a las muchachas, quienes comenzaron a gastárselo todo en vestidos y joyas, y se pasaban el día frente al espejo y hablando de novios y bodas. Su sueño común era encontrar un apuesto joven noble que las tomara como esposas y las llevara a vivir a su palacio en algún país lejano.


Y resultó que cierto día apareció el deseado muchacho y pretendió a la hermana mayor, llevándola consigo y prometiéndole una vida de lujos y riquezas. Pasó el tiempo y un nuevo joven vino a Praga y se llevó como prometida a la segunda hermana, con la misma promesa de una vida lujosa. Y finalmente, algún tiempo después, un tercer muchacho rico vino a enamorar a la hermana tercera, llevándosela consigo a su país extranjero. Así quedó deshabitada la casa de las tres rosas blancas, y durante mucho tiempo nadie en la ciudad de Praga supo del paradero ni de las vidas de las tres hermanas.


Un día llegó a la ciudad un oficial que había oído hablar de estas tres muchachas, y contó a la gente del pueblo lo que sabía: resultó que los tres jóvenes y ricos nobles no eran si no la misma persona que se disfrazaba cada vez que venía a buscar a una de las hermanas, engañándolas con sus falsas historias de palacios y jardines y robándoles todo lo que tenían una vez se las hubo llevado lejos de Praga. Las muchachas quedaron sumidas en la miseria, y con el tiempo enfermaron y finalmente murieron.


En la próxima leyenda conoceremos lo que se cuenta sobre el jinete sin cabeza... ¡Hasta entonces!

miércoles, 3 de febrero de 2010

El turco de Ungelt


En el patio de la iglesia del Týn, junto a la plaza de Ciudad Vieja, podemos ver multitud de terrazas de los bares anexos, además de alguna que otra tienda de souvenirs. Pero no siempre tuvo este patio la misma función. Antiguamente era conocido por ser el lugar de reunión de los mercaderes turcos, que vendían sus mercancías en tenderetes, además de reunirse en sus tabernas. El patio (conocido también como patio de Ungelt) funcionaba además como la aduana real.

La leyenda cuenta que uno de los taberneros de este patio tenía una hija bellísima, inalcanzable para cualquier pretendiente. Decían de ella que tenía un corazón de piedra. Esto cambió cierto día que llegaron unos mercaderes turcos a comerciar en el patio de Ungelt. Uno de ellos era un joven del cual la bella muchacha quedó prendada, y entre ellos surgió una secreta historia de amor. Pero pasado el tiempo de mercaderías, los turcos tuvieron que dejar la ciudad y seguir su camino. El joven le prometió a la muchacha que volvería, y ella le prometió esperar.

Pero resultó que se sucedieron varios años durante los cuales la muchacha se sintió cada vez más triste y deprimida, perdiendo la esperanza que tenía de la vuelta de su amado. Un joven del pueblo la cortejaba, le enviaba flores y poemas, y seguía intentando conseguir su amor a pesar de los continuos rechazos de la muchacha. Pero llegó el día en el que pasó lo que tenía que pasar: la bella joven se aburrió de tanto esperar y decidió finalmente casarse con el muchacho que la cortejaba.

La casualidad y el destino quiso que el turco volviera a Ungelt el mismo día de la boda de su amada, y cuando descubrió la historia se sintió muy triste y enfadado. Envió una nota a la joven para poder verla esa noche, y ella decidió acudir a pesar de haberse casado. Esa fue la última vez que su familia la vio con vida, ya que el turco decidió vengarse de la traición y asesinó a la joven.

Con los años encontraron la cabeza de la muchacha entre unos leños y pudieron darle sepultura. Como su amor era secreto, nadie conocía la identidad del asesino, pero los remordimientos pudieron con él y finalmente se suicidó por su terrible crimen. Algunas gentes del lugar cuentan que algunas noches de verano, el fantasma turco de Ungelt se pasea por el lugar arrastrando del largo pelo rubio la cabeza de su amada decapitada.

En nuestra próxima leyenda conoceremos por qué se llama así a la Casa de las Tres Rosas Blancas. ¡Hasta entonces!

sábado, 30 de enero de 2010

La construcción del palacio Kinsky


Este magnífico palacio, situado en la plaza de la Ciudad Vieja, fue construido para el conde Goltz en el siglo XVIII, pero adquirió su nombre al pasar posteriormente a propiedad de los condes Kinsky. Lo que más destaca de esta construcción es que el palacio se encuentra adelantado con respecto al resto de edificios de la plaza, como queriendo acentúar especialmente su monumentalidad.


Según la leyenda, al presentar el proyecto de construcción al conde, el arquitecto le propuso adelantar el palacio a la línea de casas y así destacarlo del resto de edificios. El conde estaba encantado con la idea, pero sabía que los consejeros de Praga no lo aprobarían. Así que lo que hizo fue reunirse con algunos de ellos y ofrecerles dinero a cambio del permiso.


Además de esto, el conde decidió levantar unas murallas alrededor de la construcción de su nuevo palacio para que nadie viera la especial situación de dicha edificación. Pero resultó que, cuando la fachada del palacio superó en altura a la muralla, se empezó a ver que la construcción sobresalía del resto de casas, y los consejeros, muy molestos, citaron al conde para pedirle explicaciones y ordenar el inmediato derrumbe del palacio. El conde, haciéndose el inocente, mostró la autorización firmada por aquellos consejeros que había sobornado.


El fin de la historia esta muy claro: los tres consejeros traidores fueron acusados por aceptar el soborno y llevados a la horca por sus actos. Lo curioso es que no se sabe por qué, pero el palacio no fue derruido, sigue hoy día en su lugar. Actualmente funciona como centro de exposiciones temporales.


Seguiremos las leyendas de Ciudad Vieja en nuestra próxima entrega, donde hablaremos del turco de Ungelt. ¡Hasta entonces!

jueves, 28 de enero de 2010

La campana de la torre de la iglesia del Týn


En tiempos remotos vivía en la Ciudad Vieja de Praga una mujer noble y rica, pero muy malvada, que trataba muy mal a su servidumbre. Un día entró a sus servicios una muchacha campesina, muy amable y tranquila, que no por ello se libraba de los insultos y vejaciones de la malvada mujer.


Cierto día, la muchacha estaba ayudando a la señora a vestirse, cuando de pronto sonó la campana de la iglesia del Týn, por lo que la muchacha, tal y como le habían enseñado en su casa, dejó de ayudar a la señora y rápidamente se puso a rezar. Esto enfureció mucho a la mujer, quien reaccionó agarrando del cuello a la sirvienta y gritándole que no le pagaba por rezar, sino por servirle. Tan enfadada estaba que no se dio cuenta de que acababa de estrangular a la muchacha, provocándole la muerte.


La mujer logró salir impune del juicio al sobornar a los jueces con una buena suma de dinero, y pensó que seguiría su vida como siempre. Lo que ocurrió es que cada vez que oía tocar la campana del Týn le venían grandes arrepentimientos por el recuerdo de lo que le hizo a la joven sirvienta. Cuando no pudo más con el peso de su conciencia decidió fundir una pequeña campanilla de oro y colgarla de la torre del Týn en recuerdo a la muchacha. Tras esto repartió todos sus bienes entre los pobres e ingresó en un convento de clausura.


En la próxima historia conoceremos como fue la construcción del palacio Kinsky, situado en la plaza de Ciudad Vieja. ¡Hasta entonces!

lunes, 25 de enero de 2010

Los 27 nobles checos ejecutados


En el suelo de la plaza de Ciudad Vieja hay un grupo de baldosas con 27 cruces blancas pintadas, las cuales recuerdan uno de los episodios más tristes de la historia de Checoslovaquia.

Ocurrió el 21 de junio de 1621, donde se ejecutó en este mismo lugar a un grupo de nobles checos por ser líderes de la rebelión de la nobleza opuesta al gobierno de Fernando II. El grupo de 27 lo integraban 10 nobles, 15 ciudadanos de Praga, 1 de Kutna Hora y 1 de Zatec, que fueron muertos a manos del verdugo de Praga.

12 cabezas de los ejecutados fueron colocadas en cestas de hierro y expuestas ante la gente en la torre del puente de Ciudad Vieja, seis mirando a este barrio y seis mirando a Mala Strana. Así estuvieron durante diez años, fueron retiradas y enterradas por fin por familiares y amigos en lugares desconocidos.

La leyenda dice que cada año, el día 21 de junio, los espíritus de los 27 ejecutados se aparecen ante el reloj de la Ciudad Vieja y comprueban si funciona bien. En ese caso se sienten contentos porque significa que la situación del país es buena, pero si el reloj no funciona se vuelven a sus tumbas tristes y abatidos.

Nos vemos en la próxima leyenda, que cuenta acerca de la campanilla de la torre de la iglesia del Tyn. ¡Hasta entonces!

viernes, 22 de enero de 2010

El reloj astronómico de la Ciudad Vieja


Se trata de una de las leyendas más conocidas de Praga. Los que han conocido conmigo esta ciudad la han oído porque siempre la cuento cuando llegamos frente al reloj del ayuntamiento mientras esperamos que toque la hora.

Cuenta la leyenda que el reloj de Ciudad Vieja fue construido por el maestro Hanus en el siglo XV, y sólo él conocía su complicado mecanismo. El reloj da la hora en tres sistemas distintos, pero también calcula la órbita del sol y la luna alrededor de la tierra y el movimiento de éstas dependiendo de los signos del zodiaco.

Los consejeros estaban muy orgullosos de esta gran obra, que encumbraba a la ciudad de Praga por su belleza y avance tecnológico. Pero poco después de su construcción, el maestro Hanus se hallaba enfrascado en un nuevo proyecto en su taller. Los consejeros averiguaron que se trataba de un nuevo reloj astronómico perfeccionado, y empezaron a temer que esta obra fuera llevada a cabo en alguna ciudad extranjera, dejando a Praga en un segundo plano. Por este temor, los consejeros irrumpieron en el taller de Hanus cuando estaba solo y lo dejaron ciego clavándole un puñal en los ojos.

Pasaron unos años y el maestro enfermó gravemente. Como última voluntad pidió al gobernador de la ciudad que le dejara tocar su gran obra, el reloj astronómico, antes de que le llegara la muerte. El gobernador consintió y fue el momento perfecto en el que Hanus aprovechó para llevar a cabo su venganza: Una vez que estuvo frente a la maquinaria del reloj la acarició con sus manos y hundió el brazo en uno de los engranajes principales, rompiendo una palanca y provocando la parada del reloj. Cuentan que en ese mismo instante Hanus cayó muerto frente a su obra. Tuvieron que pasar casi 500 años hasta que llegó otro ingeniero que fuera capaz de arreglar la maquinaria del reloj.

No se sabe qué parte de esta leyenda es cierta y cual es mito, lo que sí es seguro es que el reloj estuvo parado muchos años, y que desde la muerte de Hanus ha tenido que repararse varias veces. Debe ser que el espíritu del artesano vuelve cada cierto tiempo del más allá para realizar alguna trastada en el mecanismo de su fantástico reloj.

¿Quieres saber por qué hay 27 cruces blancas pintadas en el suelo de la plaza de Ciudad Vieja? pues no te pierdas la próxima leyenda. ¡Hasta entonces!

miércoles, 20 de enero de 2010

Presentación del blog


¡Hola!
En este blog pretendo hacer un dibujo de la ciudad de Praga y sus barrios y monumentos a través de todas esas leyendas e historias que existen acerca de tan bella y enigmática ciudad.

Desde el Golem a Juan Nepomuceno iré narrando como cada leyenda describe partes de la ciudad. En la duda queda qué parte de la leyenda es verdad y cual es mitología popular, pero en todo caso se trata de cuentos originales sobre la ciudad que ayudan a conocer un poco cada uno de sus rincones.

A partir de estas leyendas queda esbozada una pequeña pincelada de historia que debe ser completada visitando Praga y viviendo cada historia en primera persona.

Y dicho esto, comenzamos a narrar las leyendas. Prepárense a conocer la Praga misteriosa, desde dentro, desde sus fábulas y cuentos populares...